Tenés un jefe realmente pésimo

¿Un trabajo sin jefe? Eso es lo que muchos freelancers quieren. La capacidad de hacer tu trabajo, pero sin la molestia de que alguien te diga qué hacer.

¿El peor jefe del mundo? Sos vos. Incluso si no trabajas por cuenta propia. Tu jefe sos vos.

Últimamente venimos escuchando y leyendo en innumerables oportunidades sobre el futuro del trabajo, y en los extremos de estas predicciones, cosas como la desaparición de la relación de dependencia, de los jefes, la decadencia de las corporaciones actuales. Existirán individuos autónomos o tal vez algunas pocas organizaciones temporales, formadas para trabajar en proyectos puntuales. Organizaciones horizontales que se impondrán sobre las verticales.

 

Encontrar un trabajo bien pagado sin un jefe solía ser mucho más fácil de lo que es ahora. La única forma es crear proyectos, innovar en la estrategia y construir algo que valga la pena buscar. Buscar en Google o en el barrio. Estas son cosas que hace un jefe.

El peor jefe del mundo trabajando por cuenta propia sos vos. Manejas tu carrera, tu día, tus respuestas. Manejas cómo vendes tus servicios, manejas tu educación, y la forma en que hablas con vos mismo. Lo más probable es que lo estés haciendo mal. No somos tan buenos manejando nuestro tiempo, nuestras prioridades, ni las conversaciones.

Si tuvieras un gerente que hable con vos de la forma en que hablás con vos, renunciarías. Si tu jefe desperdiciara tanto tu tiempo como vos, la despedirían. Si una organización desarrollara sus empleados tan mal como vos mismo te estás desarrollando, pronto fracasaría y se hundirá.

Algunas personas cuando se animan a ir a solas, o cuando terminan en uno de esos raros trabajos que obligan indefectiblemente a establecer una agenda y administrarse a sí mismos, fallan. Enfrentados a la libertad de sobresalir, dudan, vacilan, se atascan y, en última instancia, explotan.

Estamos sorprendidos cuando alguien que se auto-dirige entra en escena. Alguien que encuentra una manera de trabajar desde casa y luego lo convierte en un viaje de dos años, con una laptop bajo el brazo, explorando el mundo mientras hace su trabajo. Nos conmociona que alguien use las noches y los fines de semana para educarse más o comenzar un nuevo negocio paralelo útil. Y sentimos envidia cuando nos encontramos con alguien que se las viene arreglando para ser feliz por su cuenta, como si eso fuera raro o incluso impertinente.

 

Hay pocos libros buenos sobre ser un buen gerente, y muchos menos aún en gerenciarte a vos mismo. Es difícil pensar en algo más esencial para aprender.

 

Prospectar

Muchas personas que se vuelven freelance sueñan con trabajar sin un jefe. Persiguen un sueño sin fin de proyectos decentes, remunerados de manera justa, y dedicarse a hacer su trabajo.

 

El problema con esto es que, si te pasás todo el tiempo haciendo tu trabajo, no pasás nada de tiempo haciendo negocios. Hacer negocios es el acto de tener más trabajo. El freelance tiene ingresos cuando trabaja, cuando crea su magia.

Si esperás hasta que todo el trabajo esté hecho, antes de comenzar a construir tu negocio, vas a tener tiempos calientes y tiempos fríos. Te vas a sentir con sobrecarga de trabajo, y vas a entrar en pánico porque vas a pensar que no vas a tener trabajo nunca más.

Estás feliz metida y enfocada haciendo tu trabajo, enganchada, y no te importa mucho que en cinco meses este proyecto se terminará. Pero luego se convierten en tres meses, y después en uno, y después no tenés nada. Y te podría tomar 2, 3 o 6 meses encontrar otro proyecto, es una forma dura de vivir.

La alternativa es comprometerse a la disciplina de prospectar. Dedicar una cierta cantidad de tiempo, todos los días, a perfeccionar tus habilidades, tu reputación, tus emociones, encontrar las herramientas, correr la voz, ganarse el privilegio de ser vista como la persona que hace lo que vos hacés.

 

Micro decisiones

Principalmente se trata de elecciones que las personas libres pueden hacer cuando no se sienten como personas libres. Sentimos que hemos asumido compromisos o estamos bajo el control de alguien, o no depende de nosotros. Pero a mediano plazo (ni hablar del largo plazo), depende de nosotros. Y nuestros días se forman de cómo tomamos esas decisiones. Me ofrecen algo que hacer, y me parece que es una pregunta fácil de sí o no.

Como la CEO de vos misma, ¿es ese el compromiso que deseas hacer? Las personas que han estado “desempleadas” en los últimos años, tienen en el centro de sus carreras las decisiones de decir sí o decir no. No tanto sobre el trabajo, sino decidir hacer el trabajo y decidir qué trabajo no hacer.

Si tenés miedo de decir que no, de rechazar cosas, ¿cómo hacer? ¿Cómo sabés si querés participar o si estás de acuerdo con algún favor que se te está pidiendo que hagas? ¿Te vas a proteger y decir que no estás seguro, que te llamen en una semana? …aunque sabés que la respuesta debería ser no?

 

Se sabe que la gran mayoría de lo que elegimos hacer, se hace en el subconsciente, con nuestro cerebro de lagarto. Después de elegir nos contamos una historia a nosotros mismos. Esa voz en nuestra cabeza que es como una secretaria de prensa, que está explicando a los medios, sin saber exactamente cómo o por qué, lo que acabamos de hacer fue muy inteligente. Entonces, si sabemos esto, si tenemos problemas con la idea de estar abrumados o decir no o enfocarnos, no es porque seamos un humano defectuoso, sino que podría ser simplemente porque no te has entrenado sobre cómo lidiar con los químicos que pasan por tu cerebro cuando te enfrentás a cosas que tienen que ver con la suficiencia, la insuficiencia, la vergüenza, el miedo, cómo encajar, cómo sobresalir.

 

Hábitos

Todas estas cosas fluyen a través de nosotros como un rayo. Todo lo que tenés que hacer es ver una película para ver cómo un director puede jugar con nosotros en cualquier momento que quiera. Ponen algo de música de violín, y de repente estamos asustados. Nadie se lastimó con un violín, entonces ¿por qué la música de violín en una película da miedo? Es porque fuimos programados para creer que justo antes de que aparezca el malo, escuchas ese sonido. Esas cosas van muy dentro de nosotros. Tiene que ver con Pavlov.

Por supuesto, eso te está pasando, nos pasa a todos. Ahora, ¿qué elegirás hacer al respecto? Si querés, podés optar por ser profesional. Por ejemplo, los cirujanos siempre se lavan las manos, ni lo piensan, incluso si se dan cuenta de que no lo necesitan porque no hay gérmenes, porque siempre lo hacen, porque eso es parte de lo que es ser un cirujano. Entonces, si tus ingresos no son productivos porque decís que sí a demasiadas cosas, tenés que averiguar cuál es el equivalente al lavado de manos. ¿Cuál es el equivalente del método que usarás para volver a dejar que tu cerebro cognitivo estratégico tenga algo que decir antes de que te absorba la reacción emocional?

Si es difícil para vos decir que no, una cosa que me parece realmente útil es escribir unos párrafos que sean reflexivos, generosos y perspicaces sobre por qué estás diciendo que no. Guardarlos. Pegarlos en todo email que llegue del tipo X o Y (que te parezca que valga la pena responder). Los párrafos irán a esa persona. No te tomará ningún esfuerzo en absoluto. No se sentirán mal. Terminás sintiéndote bien y libre. Entonces podés volver a tu trabajo. Ese truco es solo un truco, pero es el truco al servicio de por qué estás aquí, o cuál es el cambio que estás queriendo hacer. Porque nos gustaría hablar sobre el hecho de que somos específicos y significativos, que estamos para hacer un impacto. Pero si decís esas cosas y luego actuás como un generalista siguiendo lo que te piden otros, no vas a tener el impacto que deseas.

 

¿Cómo crecer?

El problema que tienen los freelancers es a largo plazo, y es el siguiente: si hacés un trabajo que yo pueda buscar un sustituto, la única manera que tenés de crecer es trabajar más horas. Y eso no es bueno porque en lugar de crecer termina siendo una carrera hacia abajo, hasta que estás en plataformas como Fiverr.com por USD 10 la hora, o en Freelancer.com, o cualquiera donde sos uno más, subastando.

 

Vender y decir NO

Cuando sos freelance, no tenés un vendedor, sino que vos sos el vendedor. Y como vendedor, tenés que sentirte cómoda mirando a alguien a los ojos, y con respeto decir NO. “Perdón, pero no, no podemos hacer esto gratis”, “te escucho, leí el RFP, pero no respondo RFP, si necesitás lo que yo hago, llamame”.

A algunos freelancers les va muy bien. ¿Por qué?

Por ejemplo, para tener más ingresos, lo mejor es tener mejores clientes. Decir no, sacar de tu lista, a los clientes difíciles, los que no pagan en fecha, los que te empujan a hacer un trabajo mediocre. Reemplazar clientes malos por clientes buenos te va a liberar tiempo para hacer el trabajo duro necesario para ser atractiva para mejores clientes. Despedilos, incluso si significa no estar haciendo nada, pero vas a estar buscando mejores clientes. Reemplazalos por otros que quieren algo mejor, te van a desafiar a que hagas un mejor trabajo, y estén felices por pagar algo mejor, quienes confían que vos vas a hacer algo mejor. Y así tu trabajo va a ser mejor, te van a poner en frente de mejores trabajos, y ellos les contarán a otros.  Otros que no busquen un commodity, que busquen algo extraordinario, algo mágico que puedan contarles a sus jefes, a sus clientes, a sus pares de la industria. Estarás entregándoles claridad, una historia, eficiencia, algo que resuelve un problema de una manera nueva.

 

Nada de esto es fácil

Si tenés un buen jefe, ella o él van a entender que nada de esto es fácil, pero van a terminar alentándote y suplicándote que sigas haciéndolo. Será inteligente sobre lo buena que sos en esto, sobre por qué lo estás haciendo, para quién, y sobre la manera en que cotizás tu trabajo.

Que esta oportunidad por ir hasta el fondo de la calidad, y hacer este trabajo es para lo que te anotaste en esto. No un trabajo mediocre con una jefa pésima.

 

 

Tagged with: , , , , , ,
Publicado en General, intermedio

Deja un comentario